Tu turno de lanzar el dado y avanzar.

Digamos que eres como un canal de televisión al que estamos acostumbrados a ver. Nos gustan sus series, sus argumentos, sus historias, nos hace reír, nos hace llorar, no nos entiende pero nosotros a él si.
De repente, el canal cambia, empieza a echar series a las que no estamos acostumbrados, antes eran mejores, estábamos acostumbrados a tanto, que esto se nos queda corto. Nos empezamos a conformar con más. 
Llega un momento en el que ya no hace ni reír, ni llorar ni nada. Nos ha defraudado.
El caso es si seguir en ese mismo canal, o de una vez cambiar a otro para siempre.