Diario de un grupo.

He dedicado bastantes entradas referidas a mi grupo de amigos. Todas eran buenas.
¿Por que no decir lo que pienso en una entrada más?
Me viene a la cabeza el verano de 2011, empezamos con una fiesta hawaiana, los conoces, sabes que son ellos. Era lo que necesitabas. Eran amigos pasa el verano, día a día eran más y más las ganas que tenías de verles, de abrazarles. Era necesario salir de tu casa solo para verlos. Te reías como con nadie, esas bromas astas tantas de la noche.
Termina ese verano, hay mas fiestas, cumpleaños. Frases que se quedan en tu cabeza como si grabado en tinta estuviera. Los momento pasan. Pasan y no vuelven. Podrán ser mejores, peores pero jamás iguales. Vamos a la playa. Sigue lo anterior. Somos como una familia aún con diferencias de edades, diferencias de gustos, estatus diferentes. Pero, ¿eso que coño importa? 
En la playa se nota lo que hay, no nos hace falta dormir en una cama, con el suelo nos vale, y con que una amiga se preocupe, te ponga mantas y mantas asta que parezca una 'cama' jaja, la noche mas fría de mi vida pero da igual la he pasado con ellos.
Empieza el invierno de ese mismo año. Las luces de navidad se encienden y nosotros con ellas. Vamos felices por las calles de Sevilla haciéndonos fotos como si fuéramos guiris. Aunque realmente lo hacemos porque eramos felices en ese momento. Ese instante en el que 15 eramos 1. 
Halloween, fiesta del 3 de enero, 6 niñas, carnavales, semana santa, madrugá, calle betis, casa de nacho.
Empieza el 2012. Cumpleaños en la playa, el mejor para todos en mucho tiempo. Laxatantes y nutella, ¿qué más? 
Les miras, la diferencia es que ahora estas en una cama, ya no hay necesidad de pasar frío en el jardín sobre el suelo duro. Empezamos desde ese instante a conformarnos con menos.
Mi cumpleaños, 18, nadie lo ve, hay cambios ya no hay 15, desde hace tiempo no los hay. Ahora hay 12. 
Les miras de nuevo. La gente sigue siendo feliz. Tu también, pero la gente poco a poco se distancia.
Llega el verano y es bueno, les sigues queriendo como una pequeña familia que sois. Pero ya no es como el verano pasado. Nada lo es. Todos cambiamos, es ley de vida. Los caminos de cada uno se difurcan. Puede que sigamos siendo un grupo en este momento. O puede que no, puede que todo se halla ido. 
Una vez, no hace mucho tiempo, alguien dijo que porqué miro solo malo, que viera lo bueno. Y lo acabo de ver. 
Hay cambios en la vida de la gente que o te cambian para siempre o solo es una mala época. Yo estoy en una época de cambio. Miro el lado bueno de las cosas y veo que lo hay. Que quiero estar con esa gente. Desearía que todo volviera a ser como el primer verano. Pero como he dicho antes, eso no va a volver. Todo se va, nada vuelve. Es difícil sobrellevar eso, más cuando quieres que algo vuelva.
Quiero decir con todo esto que yo quiero seguir con ellos, porque se, que por muchos malos rollos que haya habido, que por muchas diferencias, por muchos pensamientos y por toda esa parafernalia. Cuando nos necesitemos los unos a los otros, nos vamos a buscar. Y si no hay uno, buscaremos a otro, y si no hay otro, buscaremos otro más, tenemos a 12 personas para contarles algo.
Yo no quiero desaprovechar nada de esto mientras quede algo, mientras dure. Mientras quede algo de esa pequeña familia que formamos algún día.