Y de pronto, no se mueve nada. Miras a tu alrededor y tu vida, es una monotonía. Esa vela derretida sigue ahí día tras día, esa planta que crece, sigue en el mismo lugar donde tu madre la dejó. Las obras que nunca se terminaron y una sonrisa a medio acabar. Te das cuenta de que el niño que te mira, te sigue mirando a diario y también te das cuenta que al que tu miras, no te mira. Los cuadros siguen colgados en el mismo sitio desde hace años y hay polvo debajo de lugares, en los que casi nunca se limpia. El cuco del salón no funcionaba, y bueno, sigue sin funcionar. El piano sigue vacío, no se escucha, la gente, ya pasa un poco de el, hay cosas mas interesantes que hacer. Esas cartas de cuando eras niña, siguen al fondo del armario, ahí escondidas, parece que tengan miedo de salir. Te das cuenta de que ese papelito con propósitos para el año nuevo, sigue sin cumplirse, y que ya casi terminamos el laño. 
Las cosas cambien, y es verdad! la gente también cambia.... pero esas pequeñas cosas que acabo de citar antes, eso no cambia y aunque parezca increíble, no me gustaría que la planta desapareciese de donde está creciendo, tampoco que los cuadros cambiaran de sitio ni que el cuco empiece a cantar...
Creo que me gusta la monotonía al fin y al cabo...
Las cosas son así! son simples, para que cambiarlas?